FMI: ¿thinking out of the box o recetas viejas?

El FMI publicó este pasado miércoles un informe relativo a la misión de seguimiento llevada a cabo en España. Es lo normal, nos han dejado dinero y nos monitorizan para ver si somos o no de fiar; si estamos cumpliendo o no nuestros compromisos; cómo evolucionamos en nuestro proceso de recuperación,… No estoy seguro de que su forma de presentar las cosas pueda presentarse como thinking out of the box, pero sí al menos de que podemos referirnos a sus recomendaciones como externas y desvinculadas en cierto modo de los clichés que internamente manejamos. Es “receta FMI” y a nadie debe sorprender su sesgo, pero merece la pena revisar el sesgo de las recomendaciones.

De toda la retahíla de recomendaciones que el FMI exhibe me quedo con la frase que remata su párrafo de apertura: la necesidad urgente de acciones para generar crecimiento y puestos de trabajo. Un imperativo para la política que indica que hasta ahora bien, pero no hay que pararse.

Capítulo mercado laboral. Aunque probablemente todavía sea pronto para sentar cátedra acerca de si la reforma laboral valió para algo, si se quedó corta o si necesita mejorar, el FMI cree que está ganando tracción. Creo que los datos en los que uno se puede apoyar para poder afirmarlo aún son muy incipientes, la verdad. Las reformas estructurales suelen entregar sus resultados de forma tendida y a plazo. En todo caso incide el FMI en tres puntos:

  • Flexibilidad interna. Reclama el FMI que se emplee la flexibilidad que la reforma otorga a las empresas no para despedir, sino para conseguir acuerdos con la fuerza laboral. ¿Acuerdos sobre qué? ¿Cómo ellos señalan acuerdos sobre el “precio del factor trabajo”? Desde luego, ajustes adicionales por la vía de la cantidad de empleados no parecen ni posibles ni adecuados. Pero, plantearlos por la vía del ajuste del salario parece poco menos que imposible. Aún así, cuando sugieren que el empleador ofrezca significativos crementos del empleo ofrecido a cambio de moderación salarial, uno puede estar de acuerdo. Pero, ¿qué significa “moderación salarial”? ¿Rebaja de salarios en términos nominales? ¿En términos reales? Cuando se hacen estas afirmaciones no se puede perder de vista que existe una notable asimetría en determinadas industrias a la hora de negociar. Siempre en contra del empleado. Matizo esta afirmación: me suena demasiado taxativa. Recuerdo cómo se podían negociar las condiciones salariales en 2007 desde el lado del trabajador. Por aquel entonces, el poder de negociación en muchas industrias estaba de manos del trabajador (la financiera, sin ir más lejos). Por el otro lado, tenemos la ultra-actividad de los convenios, que tras la reforma empezará a ser menos significativa y permitirá acuerdos a nivel empresa. Probablemente, el ámbito de la empresa sea más adecuado para negociar condiciones particulares y se encuentre más flexibilidad y equilibrio de decisión para ambas partes.
  • Dualidad. Ah! La famosa dualidad. Nuestro mercado de trabajo mantiene dos grandes colectivos: el de los trabajadores con contratos temporales y el de los trabajadores con contrato fijo. Pide el FMI seguir bajando de forma continua el importe de las indemnizaciones de despido que reciben los trabajadores con contrato fijo para alinearlas con lo visto en otros países europeos. Las indemnizaciones de trabajadores son para el empleador un elemento de disuasión para la contratación en tiempos de demanda débil. Es un impuesto creciente frente a la flexibilidad de la gestión de los recursos. Ceder aquí, no nos equivoquemos, es empeorar la situación individual presente de cada trabajador. Sin contraprestaciones no se va a facilitar esta vía. Quizá restringir el uso (abuso) del contrato temporal, no hacerlo tan desigual al de un empleado fijo. No sé pero visto desde fuera, lo que tenemos son demasiadas modalidades de contratación y en lugar de reducirse, crecen con cada iniciativa. Hay una masiva fragmentación del mercado laboral más que una dualidad del mismo. El contrato fijo debería ser el dominante en las relaciones laborales, dotado eso sí de condiciones más flexibles que las actuales.
  • Mejora de las oportunidades de trabajo. Al tratar este punto el FMI habla de la necesidad de bajar el coste del empleo para el empleador (¿bonificarlo?). No parece mal. Pero ataca el problema desde la punta del iceberg. En el origen de su afirmación debería de estar la revisión del sistema tributario español en su conjunto. Alguno de los lemas que más se repiten por los expertos fiscalistas internos y externos al respecto son:
    • Hacer  el sistema tributario más efectivo. Somos uno de los países con un menor peso de los ingresos públicos dentro de la UE en relación a su PIB (nos empeoran: Rumanía, Eslovaquia y Lituania): el 34% del PIB. Y sin embargo creemos estar abrasados por los impuestos, ¿dónde está la brecha?
    • Cambiar cómo y de dónde se recauda: imposición menos gravosa al trabajo empleador) a cambio de unos impuestos indirectos más efectivos (no sólo más altos sino más equitativos ex ante, con menos deducciones).

Las grandes soluciones que se ofrecen desde el FMI para el mercado laboral suenan a darle una vuelta a un calcetín que nosotros miramos siempre de la misma manera. Las restricciones que de antemano ponemos a la “negociación” destilan muchas de las marcas del fracaso: si siempre hacemos lo mismo cómo vamos a obtener resultados diferentes. Tenemos unas estructuras laborales obsoletas y una dialéctica que se presenta siempre desde el enfrentamiento decimonónico de la “lucha de clases”. ¿Sindicatos dirigidos por la generación del 52? ¿Empresarios tiznados por la mugre de la corrupción? ¿Ministras de trabajo que se encomiendan a la Virgen del Rocío? Cuando finalmente hacemos ejercicios como el de las pensiones y no nos gusta su resultado lo descalificamos. Thinking out of the box, fuera la magia, las creencias, las ideologías.

Enconmendarse a la Virgen del Rocío

En el tema del empleo será necesario desarrollar estrategias múltiples en paralelo. No todo es cartesiano. Habremos de buscar cambios con propósitos de largo plazo claros. Habremos de hacer entender que es mejor acercarse a los problemas despojados de la usual resistencia al cambio de las personas. Conviene hacer notar que estas recetas, que son previas a las de las estrategias en sí mismas, hoy no se verifican.

En todo caso, hay que rematar esta entrada con la idea de que esta vez las opciones parecen más abiertas. A la fuerza ahorcan.

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About Juan Luis García Alejo

He dedicado el grueso de mi vida profesional a los mercados financieros. Mi trayectoria es un "clásico" dentro del sector: comienzo como analista, desarrollo de las capacidades como gestor y ahora camino por el proceloso mundo de la gestión de personas y proyectos. Al cabo de tantos años, los mercados financieros me siguen pareciendo apasionantes.

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